Thursday, April 9, 2009

La Transformación del Karma


Sobre la Prolongación de la Vida
(Gosho Zenshu, pág. 985. Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, pág. 233).

Este gosho es justamente donde Nichiren Daishonin expone el principio de transformar el karma negativo. La conclusión, en primer lugar, es que la persona que practica el Sutra del Loto (Gohonzon) puede, a través de una reflexión y de un arrepentimiento sinceros, transformar incluso el karma inmutable. A este principio también se lo conoce como "disminuir la retribución kármica" (tenju kyoju).

Esta señora, como ya vimos, estaba muy enferma, y era tan abnegada, que sin darse cuenta no estaba valorando su propia vida, por poner siempre primero a los demás. De todos los sufrimientos, el de la enfermedad es especialmente intenso, porque además del dolor y de la debilidad física y mental, nos acerca el riesgo de morir. En especial, cuando una mujer está enferma, todos sus seres queridos sufren, porque dependen de ella para la vida cotidiana. Toki Jonin estaba muy afligido porque acababa de perder a su madre y no quería perder a su querida esposa. Shijo Kingo estaba preocupado porque sabía la gravedad de la enfermedad y veía que la señora no le daba verdadera importancia. El Daishonin estaba prácticamente desesperado por hacerle entender a esta señora que dejara de sufrir y transformara su enfermedad. La valoraba y la apreciaba inmensamente, y utilizaba todos sus recursos para que esta señora no aceptara la enfermedad como un "destino inmutable" y se desafiará por su transformación.

Y encima de todo, la pobre mujer también sufría, porque su estado de vida era de total abatimiento y resignación. La misericordia que existe entre compañeros de fe es impresionante, este espíritu de cuidar a cada valor humano e invocar y dialogar para que cada compañero de fe, se recupere es el espíritu de un budista; exactamente como enseñó el Daishonin.

Para que Myojo comprenda, le cuenta varios casos: el de su propia madre; el del hermano de Tien-tai, que se llamaba Chen Chen; el de Ajatashatru y el del bodhisattva Fukyo. Todos fueron personas que, en determinado momento, parecían condenadas por su destino a sufrir una muerte inevitable, y a través de abrazar la enseñanza correcta de la Ley Mística, prolongaron su vida.

Cuando uno ha hecho una causa, sin falta el efecto se va a tener que manifestar. No hay que pensar que el Gohonzon es un "Liquida Papel" del karma, porque eso sería totalmente irresponsable y contrario a la razón. No es cuestión de creer que el Gohonzon es un salvoconducto para actuar mal sin pagar las consecuencias. Al revés, la autodisciplina es uno de los atributos de la fe firme. Por eso la persona de fe firme puede medir más que ninguna otra el alcance de sus actos y desplegar una consideración extrema, previendo lo que antes ni siquiera notaba.

Pero es cierto que, para la persona que practica la enseñanza de la Ley Mística, la manifestación de los efectos kármicos se "atenúa" o "disminuye". Algo que podría ser causa de muerte se supera y se transforma, como si fuera una retribución leve. Tomemos por ejemplo la enfermedad Terminal de Nanjo Tokimitsu a los 22 años. Esa misma enfermedad, si le hubiera afectado a una edad más avanzada, quizá le habría costado la vida. Pero se manifestó cuando Nanjo era joven y fuerte, y pudo revertirla y vivir 50 años más con salud robusta. Hay otro ejemplo que puede servir. Supongamos que un karma negativo es una deuda de dos mil pesos. Esa deuda hay que pagarla sí o sí. La persona que gana diez mil pesos por mes puede saldarla sin problemas. Pero la que gana doscientos pesos por mes tendrá que sufrir una agonía hasta poder pagarla totalmente. Los intereses se multiplican y se suman al total, y la persona siente que nunca está "liberada" de lo que debe. Con el karma es lo mismo. Cuando tenemos fe y una práctica abundante, es como si "ganáramos mucho" y pudiéramos pagar las cuotas sin desfallecer en el intento. Además, por el mérito de nuestra dedicación altruista, nos dan una "moratoria" con quita de intereses.

La mayoría de las personas "repiten el karma" porque hay un círculo vicioso entre el karma negativo, el sufrimiento y los estados bajos, que se reproducen a sí mismos, así como los intereses se suman a la deuda y la persona termina debiendo cada vez más plata, aunque pague las cuotas. En un estado de vida elevado, uno "multiplica sus ingresos" y salda la deuda enseguida. Es decir, "corta las cadenas del karma".
En el caso de un creyente, si se manifiesta una enfermedad, sucederá en un momento en que podrá disponer de atención médica, encontrar al profesional adecuado, etc. Cuando uno se basa en la Ley Mística, uno es maestro de su karma, en lugar de ser víctima.

"Hay métodos para transformar la energía "kármica" de nuestra vida, de negativa en positiva, mediante la acumulación de buenas causas" (Esto sería, por ejemplo, aplicar mandamientos o controlar la conducta con preceptos o esfuerzos.) "Pero, en realidad, estos métodos no son prácticos, porque tarde o temprano estamos sujetos a hacer algo que borra las buenas causas acumuladas, así como al apilar piedras uno llega a determinada altura y luego todo lo que uno ha trabajado por acumular se desmorona. Esto es especialmente cierto en una época como la nuestra, cuando la corriente profunda de la sociedad se agita con una energía muy negativa.

"En cambio, el Sutra del Loto enseña a activar la novena conciencia, que yace en lo más recóndito de nuestro ser y es una dimensión libre de impurezas, para poder convertir de inmediato la energía "kármica" positiva y negativa en una energía "de supremo bien". La novena conciencia es la vida universal que yace por debajo de la octava conciencia y de todas las demás facetas de nuestro ser".

Las enseñanzas convencionales les negaban a las mujeres y a las malas personas la posibilidad de lograr la iluminación. El Sutra del Loto, en cambio, dice que aun estas personas logran revertir el karma inmutable, gracias a la fe en sus enseñanzas. Este es el "gran secreto" al que alude el gosho. Justamente, Ajatashatru es un ejemplo de "mala persona" que, a través de la fe en la Ley Mística, revierte un karma espeluznante y transforma la enfermedad.

Es un discípulo de Shakyamuni que se llamaba Angulimala. Era un criminal como esos que hoy uno lee en el diario y le da miedo salir a la calle, un asesino múltiple y sádico, de perversidad extrema. El sujeto éste andaba por la calle con un collar hecho con los dedos que les cortaba a sus víctimas. La cuestión es que un día se encuentra con Shakyamuni y éste le dice, con sincera aceptación: "Únete a nosotros". Y Angulimala se conmueve y decide empezar a practicar. Claro, el karma que había acumulado era tan grave, que estaba destinado a manifestarse en existencias futuras, pero por el beneficio de la práctica, comienza a aflorar en esa misma existencia, al poco tiempo de convertirse. Así que Angulimala se esforzaba y se esforzaba, pero le pasan cosas cada vez peores, y la gente lo apedrea y le tira excrementos y le destroza la ropa, lo odia por su pasado. Shakyamuni quería que Angulimala resistiera y no se dejara desalentar por la "inundación" de efectos negativos. Y le dice, cálidamente: "¡Persevera! Tienes que soportar esta adversidad con fortaleza. Ahora estás recibiendo los efectos de un karma negativo que, de otro modo, te obligaría a sufrir durante cientos y miles de años, en el estado de Infierno".

La mayoría de las personas, cuando recibimos efectos negativos en esta existencia, nos quejamos, sin comprender que son una oportunidad para propagar y liberarnos rápidamente de los sufrimientos. Enseguida decimos: "No entiendo, desde que dupliqué mi daimoku, me está pasando de todo. Voy a dejar de practicar".

Myojo, en cambio, era tan pura que no cuestionaba nada. Pero sin darse cuenta, se resignaba a la derrota. Y con la misma misericordia que Shakyamuni, con el mismo amor por sus discípulos, el Daishonin le envía este gosho estricto que es como un "grito" para despertarla de su resignación.

Es imprescindible, eliminar todas las faltas Kàrmicas de las existencias pasadas, que causan todas los infortunios; y, construir sólidamente la Causa Mística, y su efectos positivos , para la felicidad, que es inmutable durante estas y las futuras generaciones.

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